¿De qué generación sos? ¿Compañero de quién eras?
Nacidos en el 63 y 64, Juan Cat, Luis Vargas, Pelo Gomensoro, Paula Zumaran, Raqui Puig, Amelia Miller, también algún celebritie como Ale Junger.
¿Cuáles son tus recuerdos del Colegio British?
Una primaria donde aprendimos mucho y el colegio nos transmitió muy buenos valores, mucha interacción social con los y las compañeros de clase.
¿Cómo fue tu relación con el club, practicabas deportes o siempre lo tuyo fue la gestión?
Fui siempre representante de los no deportistas jeje, y mi aporte fue tratar de ayudar al desarrollo del club desde otros ángulos. En ese momento los desafíos eran muy grandes. El club debe siempre a mi juicio buscar espacio para personas con ese perfil, a veces no ser activo y competitivo en deportes puede alejar, sin embargo, hay muchos aportes siempre posibles, incluso en los primeros momentos de integrarse al club. Me parece que este es un colegio y un club que se enriquece mucho de las relaciones entre generaciones y ahí todavía tenemos mucho más por hacer. Esas fiestas esporádicas en ocasión de celebrar aniversarios, por ejemplo, para muchos son muy divertidas y nos gusta compartir en esta rica comunidad. También a nivel empresa hay una buena interacción, cuando hay que contratar o relacionarse laboralmente, la primera pecera, siempre es donde tenemos un origen común, aunque tengamos diferencias de generaciones.
Sos uno de los creadores del Torneo de seven internacional más grande que se hizo en Uruguay (SEVEN DE PUNTA DEL ESTE). ¿Cómo arranca aquella aventura?
Nuestros queridos amigos de OCC tenían un torneo muy exitoso por aquellas épocas, en enero en punta del este, de 15 jugadores, el motor fue como hacer algo mejor. Resulto fácil, en verano, el rugby es seven , no la exigencia de un 15 encima en punta del este y todavía 100% amateur . Desde el primero ya vimos que era imbatible. En 3 años quedo como único torneo de verano. Ver nuestros amigos azules en las tribunas nuestras y luego vernos ellos a nosotros en el suyo, para alguien muy competitivo era estimulante (20 a 1 en público, mínimo). Aclaro que siempre esa rivalidad, o al menos con el pasar de los años, fue muy sana. Tenemos diferencias marcadas por nuestros respectivos colegios, pero es claramente nuestro primer grupo de referencia, y creo que vemos objetivos comunes en general. Todos tenemos gente muy querida y amigos entrañables en OCC.
¿Qué rol cumplías en el Seven de Punta?
Fuimos 4 amigos inicialmente multi rol, con la particularidad que éramos de generaciones distintas, pero que vimos en esa idea una gran oportunidad. Se fue sumando gente de todas las generaciones, incluidas las del colegio. Increíble la interacción y el impacto que tuvo. El club además estaba en una situación delicada, y ganamos por todos lados. Fue una gran satisfacción lo que pudimos aportar, excedió el objetivo. El profesionalismo nos fue desanimando porque mantener el nivel se fue haciendo cada día más complicado.
¿Pensaste en 1989 que iba a llegar a donde llegó?
Cuando hicimos la evaluación del cierre del primer año, ya soñamos en lo que por suerte logramos hacer. Ver disfrutar como lo hacían a los jugadores consagrados, tanto en la cancha como en la playa, así como a los directivos importantes que venían desde la IRFB, como de las distintas uniones, era el mejor boca a boca por el mundo para el seven, y el club crecía mucho en reconocimiento y prestigio.
¿Cuáles son tus recuerdos más lindos del Seven?
Las fiestas de cierre en el Club del Lago eran increíbles, los participantes no podían creerla. Las finales, los palcos vips que armábamos, llenos de celebrities. Los equipos con los ataché del club, todo el grupo del club, cada personaje, el equipo de seguridad que traíamos de argentina, los lanzamientos en la casa del gordo Oliva o en casa pueblo. El campus los días previos, por lo general un calor increíble, el preparativo del estadio, los sponsors que no confirmaban hasta el final, mucho estrés por todo. Linda época.